La educación es la base de toda sociedad. Su importancia radica principalmente en los valores de respeto y humanidad hacia nuestros semejantes, aunque últimamente, la educación en escuelas y universidades se ve relegada casi por completo al triste y sórdido objetivo de buscar un empleo dentro de la selva de competencia donde casi todo vale por subir y escalar puestos. Lo primordial debiera ser inculcar a las nuevas generaciones las herramientas suficientes para poder participar socialmente y poder ganarse la vida dignamente. Es necesario priorizar a la persona por encima del trabajo, que la persona tenga valor por si misma y no por la labor que desempeñe, que la educación sea conocimiento pero también humanidad.
En ocasiones se suele crear el debate sobre si la importancia de la educación reside en los padres o en los profesores. Quizás sea responsabilidad de ambos, ya que resulta evidente que ambas son muy importantes.
La educación no puede basarse en el simple hecho de enseñar datos como si de matemáticas se tratase. El problema no es tanto por parte de profesorado como de las instituciones que no les interesa que las personas tengan sus propias ideas, prefieren masas manipulables, futuros votantes, y ciudadanos consumistas y egocéntricos diseñados para competir.
La importancia de educar radica en mostrar al alumno las opciones de las que dispone, de modo que libremente se decante por elegir aquellas que mas le benefician a él y a sus compañeros. Inculcar los valores que ayudan a los demás y te ayudan a ti mismo, como son la ecología, la responsabilidad, la solidaridad… conceptos como la ciudadanía, la nación o la constitución… Al final, dependerá del propio joven el poder absorber dichos conceptos y convertirse en la persona que tiene destinado convertirse.
Las nuevas tecnologías, las herramientas informáticas, los medios de información no son instrumentos de educación sino meros vehículos para transmitirla. La humanidad es la clave y el eje principal de la educación y no estos medios. Muchos políticos confunden la cantidad con la calidad, dejando en segundo plano la importancia de los maestros y del poder de las conversaciones tal y como se viene haciendo siempre. El futuro no puede cambiar este sistema de educación por muchos ordenadores que se fabriquen. La disciplina, la autoridad esta desapareciendo. Cada vez son mas los casos en los que los alumnos ya no respetan a los profesores, se burlan de ellos e incluso les agreden. Pero las autoridades lo permiten con leyes cada vez mas orientadas a la defensa del menor, leyes que les convierten en pequeños delincuentes intocables que pueden hacer lo que quieran y que en el futuro seguramente acaben en la cárcel o en la política…. Ahora ya poco importa.